Sobre mí

Mis padres se pusieron de acuerdo en llamarme Javier hace treinta y tantos años, cuando vine al mundo en Madrid. Luego, para no discutir, aportó cada uno su apellido a mi nombre, que quedó así completado con un González y un Julián que todavía conservo como recuerdo de aquellos días de mi infancia. Días ya marcados por una desmedida afición por la gastronomía, con una avidez tan legendaria como vergonzosa para mis padres. No hubo fiesta de cumpleaños en la que los anfitriones no les mostrasen su asombro. ¡Y eso a pesar de las amenazas de mis progenitores con castigarme si pedía repetir por tercera vez o me quejaba de la escasez de los platos!

Hummus Sapiens en plena acción.

Con la adolescencia, poco a poco, el glotón fue convirtiéndose en gourmet. ¡Había que moderar la voracidad en la mesa para dejar paso a la llegada de otros apetitos! La definitiva sustitución de la cantidad por la calidad vino de la mano de mi llegada a la Facultad de Derecho, donde quería lucir tipín. Dejar atrás los atracones y 10 kilos menos fue todo uno, aunque aún saco a pasear mi glotonería ante un buen plato de cuchara. Tras la salida del hogar familiar necesité añadir al gourmet un cocinillas. Desde entonces, como el ying y el yang, estas dos mitades forman mi yo-gastrónomo y este mismo blog.

Como en todo buen Hummus Sapiens, el proceso gastroevolutivo continúa. Aunque mi trabajo como profesor de Historia me sigue enamorando, mi sueño es poder dedicarme profesionalmente algún día a la práctica del periodismo culinario. Actualmente soy alumno del Curso de Experto en Periodismo Gastronómico y Nutricional, en la Universidad Complutense de Madrid. ¿Se convertirá finalmente aquel niño tragón en un intrépido plumilla del arte de la cocina?